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Una mirada a la provincia gaditana en el 1 de Mayo

Estrenamos mes de mayo y no podemos evitar recordar a aquellos que pagaron muy caro la lucha por unas condiciones laborales dignas.

Muy recientemente descubrí una de estas historias cuyo escenario tiene lugar en la provincia gaditana, concretamente en Alcalá de los Gazules, hacia el año 1887.

Entremos en detalles…

La asociación obrera de Alcalá de los Gazules, una de las más activas de España.

Hacia 1887, en la provincia gaditana los obreros sufrían precariedad y miseria en los campos.

En los municipios de la provincia, era la Guardia Civil el brazo ejecutor de los deseos de señoritos, alcaldes y caciques.

Los obreros alcareños se vieron obligados a organizarse muy activamente, sufriendo todo tipo de represión por los que sustentaban el poder.

Los hechos…

Cierto día, la Guardia Civil se presentó en las casas de los líderes obreros para detenerlos por orden del alcalde.

Los hombres fueron encadenados y se les informó de que eran requeridos para declarar ante el juez de la vecina población de Grazalema.

Dicha población dista sólo 24 kilómetros de Alcalá de los Gazules, lo que equivalía por aquél entonces a dos jornadas de viaje.

Sin embargo, lo que parecía una travesía fácil de dos jornadas acabó por ser una pesadilla de 15 días, pues la Guardia Civil los llevó por el siguiente recorrido:

De Alcalá de los Gazules a Medina Sidonia, Chiclana de la Frontera, San Fernando, Puerto Real, Puerto de Santa María, Jerez de la Frontera, Arcos de la Frontera, las Cabezas de San Juan, vuelta a Jerez de la Frontera y Arcos de la Frontera, Ubrique y finalmente Grazalema… un total de 193 kilómetros en casi 15 días.

El juicio.

Cuando fueron recibidos por el juez en Grazalema, los obreros comparecieron en un estado deplorable y extenuados por el viaje.

Finalmente, el juez, sin poder acusarles, los despidió disculpándose.

Y es que ninguna ley había que impidiera la filiación a un partido obrero.

El castigo antes que el veredicto…

Esta fue la treta por la cual el alcalde ejerció su poder valiéndose de la Guardia civil para imponer el castigo que quiso, aún sabiendo que no había delito.

Si te ha gustado, déjamelo saber en los comentarios. Gracias.

Recuerda que seguiré subiendo temas interesantes aquí y en redes sociales.

Carolina

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