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La Virgen del Carmen

Camarín de la Virgen del Carmen. Iglesia del Carmen. Jerez de la Frontera.

El Monte Carmelo

La Virgen del Carmen, Nuestra Señora del Carmen o Santa María del Monte Carmelo, debe su nombre a dicho monte, situado en la actual Israel, concretamente entre el mar Mediterráneo y el valle de Jezreel.

La palabra Carmelo proviene del hebreo כרמן ,»Karm-El», lo que significa jardín o viña de Dios.

Este monte aparece numerosas veces en la biblia como símbolo de belleza y de fertilidad:

  • Tener la  “la hermosura del Carmelo” era ser bendecido de verdad (Is 35:2).
  • Salomón elogió a su amada: “Tu cabeza erguida, como el Carmelo” (Cnt 7:5).
  • Pero si el Carmelo se marchitara sería una señal de un juicio devastador (Nah 1:4).

También es conocido en la biblia por ser lugar de estancia del profeta Elías, de quien se dice que vivía en el monte, en una gruta. Aquí es donde el profeta demostró el poder del Señor frente a los sacerdotes del dios pagano Baal y desde entonces, hubo ermitaños que acostumbraban visitarlo.

La orden del Carmelo

Con el tiempo, algunos de estos ermitaños se retiraron a vivir en el monte, y hacia el 1200 formaron la Orden del Carmelo, los carmelitas.

Aparición del la Virgen, símbolo del escapulario y promesas

Fue un poco más tarde, el 16 de julio de 1251, cuando La Virgen se apareció al carmelita superior de la orden, San Simón Stock. En esa ocasión, la Virgen le entregó el escapulario, símbolo de la orden y elemento con el que la imagen de la Virgen es adornada. Dicho escapulario es de vital importancia porque según la Virgen, todo aquél que lo portase sería librado del castigo eterno. Este símbolo tuvo reconocimiento papal en 1587 y fue respaldado por los postreros pontífices.

La Virgen de volvió a aparecer en el siglo XIV, en este caso al papa Juan XXII, prometiéndole ayuda contra sus adversarios si aprobaba a los carmelos. Prometió también la salvación de los mismos que fuesen profesos, de los devotos que llevasen la señal del hábito o el escapulario y cumpliesen la oración o la castidad, en caso que procediese.

Pero las promesas de la Virgen no quedaron ahí, sino que además, el primer sábado después del fallecimiento de sus fieles, ella descendería al purgatorio para encargarse de llevar las almas al cielo, el conocido Privilegio Sabatino, aprobado por el papa Juan XXII en la Bula Sabatina del 3 de marzo de 1322 y por el papa Clemente VII mediante el Breve Dilecti filii de 1527.

Nuestra señora del Carmen, estrella del mar

La Virgen es ensalzada como Stella Maris, y por ende, patrona de pescadores y marineros. El día de su festividad, es muy emocionante ver cómo estos gremios aún siguen paseando a la Virgen en procesión, en un coqueto barco pequeño por mar, para el disfrute de todos los que se acercan a la costa a verla.

Su devoción se extendió a muchos países de Europa, a España, a Portugal y a Iberoamérica a partir del XVI.

En España es patrona del mar y de las Fuerzas Armadas españolas.

Una deidad antigua, Astarté, la estrella de la mañana

Estatuilla mesopotámica a Ishtar o Astarté. III-II a.C.

Sabemos de la conexión de nuestras tierras con la civilización fenicia, por lo tanto no es de extrañar que entre la gran muestra de ello, haya representaciones y lugares especiales de sus dioses.

La diosa Astarté viene de la deidad mesopotámica Ishtar, introducida por las rutas fenicias a lo largo del Mediterráneo y las relaciones comerciales con los pueblos tartésicos.

Su nombre varía según la civilización:

  • en la Grecia antigua era Astarté.
  • para los fenicios era Ashtart.
  • los sumerios la conocían como Inanna.
  • los acadios, asirios y babilonios como Ishtar.
  • los hebreos como Astoret.

Astarté era la “estrella de la mañana y del atardecer”, como lo indica nombre del que deriva en latín “aster” (estrella). Para los romanos fue la Venus Marina o Noctiluca, versiones de la diosa madre adorada desde la prehistoria por los asentamientos mediterráneos. Ella era la representación del culto a la madre tierra, a la fertilidad, la diosa del amor y de la vida.

A lo largo del Mediterráneo se le erigieron templos, grutas en las montañas, donde se le hacían ofrendas, cultos y rituales.

Sus símbolos:

  • el león
  • el caballo
  • la esfinge
  • la paloma
  • la luna creciente.

Su representación:

  • desnuda o cubierta por velos
  • de pie sobre león

Santuarios importantes en las costas andaluzas:

  • Cádiz: se sabe que donde está ubicado el Castillo de Santa Catalina, uno de los dos que protege la coqueta playa de la Caleta, se encontraron restos de ofrendas y «thymiaterion» o quemaperfumes, dedicados a la deidad. Concretamente, el de la foto, que se encuentra en el museo de la ciudad gaditana, muestra flores de loto y embarcaciones, además de lunas y/o soles nacientes.
  • Málaga: santuario de Noctiluca. Coincide con la descripción de la Cueva del Tesoro en el Rincón de la Victoria. Avieno en su «Ora marítima» cita: “… bajo el dominio de los tartesios existe allí, frente a la ciudad (Mainake) una isla, consagrada antes por los habitantes a Noctiluca”.

Es curioso que uno de los rituales a esta diosa Noctiluca, conocida también como Malac (“la que luce en la oscuridad”), a la cual se le consideraba protectora de los navegantes consistía en portar su imagen en procesión hasta llegar al mar y meterla en el agua para que las bendijese… ¿pudiera ser éste el origen de nuestra tradición actual de pasear por las aguas a la Virgen del Carmen?

Gran «thymiaterion». Época fenicia arcaica (siglos VII-VI a.C.) Entorno de la Punta del Nao, Cádiz.

Carolina

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