Este es sin duda uno de los temas de los que más llaman la atención cuando salen a relucir durante las visitas guiadas que hago en mi ciudad.
Aún hoy hay muchas incógnitas alrededor de esta reliquia, guardada recelosamente en la Basílica de Nuestra Señora de la Merced.
Vayamos desgranando los pormenores de este enigmático lienzo.
La reliquia
Pertenece a una de las pocas copias autenticadas en nuestro país.
Se trata de un dibujo con una especie de pasta naranja sobre el mismo, la cual se piensa que tiene el fin de protegerla ante los roces. Esta copia es quizás un poco más toscas que las otras, signo que pudiera indicar una mayor antigüedad que el resto.
Sus medidas son similares a las de la original de Turín:
- metro y veinte de ancho.
- más de cuatro de longitud.
En una de sus esquinas está la prueba de autenticidad en escritura italiana: «D. Girolamo Nasy. Custode (…) SSmo. Sudario facio fede haver fatto toca (…) propria mano dla originale il presente Sudario. Torino 20 agosto 1682.»
Con todo, hay quien piensa que la copia podría haber sido hecha en la ciudad francesa de Chambéry, donde estuvo la original, hacia 1532. Y otros aseguran que podría haberse realizado con anterioridad, a partir de 1506 cuando el Papa Julio II concede el permiso para copiarla.
¿Cómo llega a Jerez?
Nos remontamos a 1571, cuando se cuenta que el Padre Francisco de Hinestrosa, nacido en Jerez de la Frontera, viajó a Flandes en busca de reliquias para el templo mercedario. Este Padre era Procurador General de la orden, Vicario General de las provincias italianas y también en la Curia de Roma.
A finales del XVIII, el historiador Bartolomé Gutiérrez nos cuenta que la copia llega a Jerez por orden de un obispo al año siguiente, pero destinada a las Indias. Parece ser que el obispo falleció al poco tiempo de llegar a Jerez con las reliquias, entre ellas el lienzo, por lo que finalmente todo permaneció en la Basílica de la Merced.
El ritual.
Desde el siglo XIX y hasta la década de los 30 del siguiente, la Síndone jerezana era expuesta a los fieles en momentos determinados y puntuales del año, como el Viernes de Dolores, el Jueves Santo y el 15 de Agosto (día de la Asunción de la Virgen).
En el presbiterio, diáconos y acólitos desplegaban la sábana sostenida con dos varales. Llegado el momento, los fieles se acercaban para venerarla, y solían pasar objetos por ella para bendecirlos.
Más tarde se guardó en una urna exquisita, realizada en el siglo XVII. Para poder abrirla, son precisas tres llaves, cada una en manos de tres personas diferentes. Ahí reposó sin exponerse al público durante 80 años.
La última vez que la reliquia fue expuesta al público fue en 2018, con ocasión de conmemorar los 800 años de la fundación de la Orden Mercedaria.
Una curiosidad.
Ya hemos comentado el sello de autenticidad que atestigua el escrito en una de sus esquinas.
Pues bien, en esa misma esquina, aparece cosido encima otro trocito de tela del cual no se sabe la procedencia, aunque algunos se aventuran a apuntar que se trata de un trozo de la original.
Como puedes ver, misterio sorprendente donde los haya…
No te olvides de comentar y compartir si te ha gustado. Lamentablemente esta reliquia no te la puedo mostrar, pero sí la Basílica, la ciudad, la provincia gaditana y sus alrededores… ¡Contacta!
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