La cañaílla gaditana

Técnica del tinte púrpura por los fenicios.

Un molusco, el «murex brandaris.»

La cañaílla es una especie de molusco gasterópodo marino, que se encuentra en aguas poco profundas, presente en la bahía gaditana.

Visto así no llama la atención, pero cuando escarbamos un poco en la historia, nos damos cuenta de que hace mucho mucho tiempo atrás , llegó a ser más importante que el oro… ¿por qué?

La cañaílla, o «murex brandaris.»

La importancia del color púrpura.

Seguro que has visto alguna representación artística a lo largo de la historia de reyes, emperadores, sacerdotes o religiosos vistiendo este color. Lo cierto es que su uso e importancia viene de la antigüedad.

Este color denotaba realeza, prestigio y sacralidad, por lo tanto, su uso fue limitado sólo a personas de las más altas esferas de poder y esto puede deberse a que, en la naturaleza, es el color que menos se muestra, lo que dificultaba su adquisición en gran manera. Se trata de un color exclusivo.

El famoso escritor romano Plinio el viejo, en su obra «Historia Naturalis» nos relata un posible origen mitológico del descubrimiento del color púrpura, cuando el perro del dios fenicio Melkart (Heracles/Hércules) se tiñó el hocico de dicho color al morder uno de estos moluscos cuando paseaban por la costa.

Si bien es sabido que la civilización fenicia se dedicó a la producción y al comercio del tinte, probablemente no fuesen ellos los descubridores, ya que se cree que hacia el año 1600 en Creta ya se usaba.

El tinte púrpura fenicio.

Los fenicios cayeron en la cuenta de que de las glándulas branquiales de la cañaílla se podía extraer la tan preciada púrpura real, imperial o púrpura de Tiro.

Si bien el color era difícil de obtener, su fabricación también lo era pues…

  • Para obtener 60 gramos de tinte, era necesario un kilo de las glándulas del molusco, esto era menos de la cuarta parte de la que se precisaba para teñir un kilo de lana.
  • Para producir ese kilo de glándulas, se precisaba nada más y nada menos que de unos 50.000 moluscos.

¿Y el proceso? vamos a por el «más difícil todavía»…

  • Primero, se recolectaban los moluscos en masa, usando cebos para pescarlos.
  • Una vez pescados, se almacenaban vivos en estanques artificiales o piscinas grandes.
  • Llegado el momento, se machacaban hasta hacerlos una pasta.
  • Cuando se obtenía la cantidad de pasta deseada, ésta se pasaba a un estanque salado y se dejaba secar durante unos 10 días. Dichos estanques o piscinas se localizaban alejados de los poblados, en las orillas de las playas, a causa del intenso y desagradable olor que desprendían.

De esta manera, estos grandes mercaderes del mediterráneo, enriquecieron su comercio de especias, marfil, olivo, madera de cedro y cerámica con tan prestigioso tinte, el cual se pagaba entre los 10 y 20 gramos de oro por cada gramo ya procesado.

Las fábricas de tinte en Gadir.

El comercio fenicio.

Hace unos 3000 años, los comerciantes fenicios se atrevieron a navegar cruzando el Estrecho de Gibraltar, dejando atrás las columnas de Hércules y llegando a las famosas Gadeiras. Como no pudo ser de otra manera, quedaron cautivos por la riqueza de estas tierras, aún más cuando descubrieron la abundancia del «murex brandaris.»

La trabajosa producción del púrpura exigía expandir las fábricas, así que añadieron las ricas Gadir, Cimbis y Puerto de Menesteo entre otras (Cádiz, San Fernando, la zona de Chiclana y Sancti Petri, el Puerto de Santa María) a las zonas de producción.

La relación entre los fenicios y el tinte púrpura tuvo que ser desorbitadamente conocido, como lo prueba la palabra que los griegos asignaron al color púrpura,»phoinix», de donde deriva el término «fenicio.»

El uso del color púrpura a lo largo de la historia.

«La última cena». Juan de Juanes. 1510.

En la antigua fenicia, los reyes y sacerdotes vestían túnicas y mantos de color púrpura.

Los reyes de Egipto, de Persia y hasta el gran Alejandro Magno usaban el color como base en sus uniformes reales.

Los romanos fueron restringiendo el uso del púrpura, siendo en época republicana los generales los que podían vestirlo en las túnicas, y los de rango inferior, sólo en franjas de tamaño acorde a su rango. Ya en época imperial sólo el emperador podía vestirlo en su túnica.

Los emperadores bizantinos también lo usaban en sus togas, además de en las coberturas de camas, asientos, suelo y paredes, aunque en distintos tonos. Igualmente, los hijos de emperadores eran conocidos como los «porphyrogenitos», los nacidos en el púrpura. Los bizantinos, al igual que los romanos, llevaron el púrpura a tumbas y sarcófagos.

La iglesia católica usaba tan prestigioso color para vestir al Papa y los cardenales, al igual que en los enseres para las celebraciones durante el adviento y cuaresma. La persona más importante en el cristianismo, Jesús de Nazaret, Rey de Reyes, es ampliamente representado vistiendo tan reconocido color.

La cañaílla y la provincia gaditana en la actualidad.

El «murex brandaris» sigue estando muy presente en nuestras vidas.

Relacionado con la gastronomía, el molusco es muy famoso tanto en la bahía de Cádiz como en toda Andalucía, celebrándose rutas de la tapa y fiestas gastronómicas en su honor. La manera más sencilla de comer las cañaíllas es cocerlas para que se abran y después, con la ayuda de un palillo y unas gotitas de limón, disfrutar del sabor de su carne.

Es especialmente recomendable disfrutar de una tapa de cañaíllas en San Fernando, donde hasta el gentilicio de sus habitantes recibe el nombre del famoso y codiciado molusco.

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